Esta foto presenta una dificultad: el amplio rango de luces que presenta, desde el brillo de la luna hasta la oscuridad de los bosques. La solución es emplear una técnica llamada HDR. Consiste en tomar varias exposiciones (de más oscura a más brillante) y mezclarlas digitalmente para conseguir la imagen final.
En realidad, la foto está montada con siete exposiciones diferentes, tres para el prado y cuatro para la luna. Las imágenes se mezclan para mostrar un rango de luces más amplio que el que nos proporciona una fotografía convencional. En cierto sentido, trata de imitar lo que en realidad ve nuestro ojo.