Y no me refiero a carros de caballos, sino a coches. Son los famosos coches de los años 50 que los cubanos conservan con tanto esmero.
Son un espectáculo digno de ver. Por fuera están impecables. Por dentro, ya depende del carro. Algunos están bien, pero otros tienen un aspecto un tanto destartalado. Hay que tener en cuenta que, en muchos casos, los dueños huyeron cuando estalló la revolución y se llevaron las llaves de los coches (la mayoría pensaba que la revolución duraría poco tiempo). Así que los dueños actuales tienen que arrancar el carro haciendo un puente, usando un destornillador o de la forma más diversa.